_Hasta el sol se detiene_

_Hasta el sol se detiene_

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Me sorprendió el encanto, de tan linda doncella,

iba muy elegante, y caminando a prisa,

y de su boca de rosas, me ofreció una sonrisa,

como nunca otra habrá, más hermosa que aquella.

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Se mostró tan radiante, parecía una estrella,

marcaba sus encantos, con ceñida camisa,

y agitaba su talle, al vaivén de la brisa.

¡Hasta el sol se detiene, al mirarla tan bella!

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A donde van sus pasos, a que mundo camina,

que hasta los mismos dioses, viven en gran desvelo,

al mirar su lindeza, que enloquece, fasina.

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Su agitar de caderas, su pisar en el suelo,

sus encantos y dones, son dádiva divina,

al llevar en su imagen, la hermosura del cielo.

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M. Ángel